Origen

UNA APROXIMACIÓN A LA HISTORIA DE LA AGRUPACIÓN DE COFRADÍAS

POR PEDRO MARIANO HERRADOR MARÍN.

Al iniciarse el siglo XX, en nuestra ciudad solo existían cuatro cofradías, con tanta antigüedad sobre sus espaldas, que podían caminar de forma independiente sin incidir en el resto de hermandades. Cada una de ellas, estaba filiada a una parroquia, aunque la hermandad de Jesús y Santo Sepulcro desde hacía unos años tenían su sede en la colegiata de Santa María. En aquella época las cuatro cofradías se limitaban a sacar en procesión a sus imágenes y rendirle culto interno, en tal o cual fecha, defendiendo a ultranza sus privilegios. Sin embargo, hay un hecho muy significativo como fue la organización de la primera procesión general ocurrida en la tarde-noche del Viernes Santo de 1897. Era el primer paso de interrelación entre cofradías y por primera vez los intereses particulares cedían ante los colectivos… Pasado apenas unos años, se produce otro pequeño paso que de nuevo pone en comunión a las cuatro hermandades existentes, como fue la circular enviada por la hermandad del Santísimo Cristo de la Expiración en 1904, invitando por primera vez, al resto de hermandades a su fiesta principal. Una costumbre que se instauró en las otras tres cofradías al año siguiente, y que perduran hoy en día…
Con la fundación de nuevas cofradías y sobre todo con la conversión de estas hermandades en sociedades benéficas, empezaron a crearse intereses comunes. En aquel momento uno de los presidentes, en concreto el Hermano Mayor de la cofradía de Nuestra Señora de la Soledad, propuso la creación de una sociedad que defendiese estos intereses, naciendo de este modo la Junta Central de Hermandades.
Si estudiamos los fines y objetivos de aquella junta de hermandades, en cierto modo podríamos estar hablando de la semilla de lo que muchos años después sería la Junta Local Pro-cofradías y posteriormente la Agrupación de Cofradías de Semana Santa.
No conocemos muchos datos sobre aquel embrión, apenas unos pocos aportados por la prensa local y otros extraídos de las propias actas de las cofradías ubetenses. Parece ser que la finalidad de aquella fundación venía establecida, por un lado, para estrechar relaciones entre las hermandades ubetenses y por otro para fomentar las procesiones de Semana Santa. Ya les adelanto que los intereses eran mucho más pragmáticos que religiosos, aunque bien es cierto que la Junta Central, intentó desde sus inicios cooperar con el buen espíritu religioso-benéfico que en aquella época vivían las hermandades de la ciudad…

Curiosamente la iniciativa de reunirse y fundar esta asociación, vino de la mano del presidente de la cofradía gremial de Nuestra Señora de la Soledad, don Juan Honrrubia López, quien venía quejándose desde hacía unos años del encarecimiento que había experimentado todos los productos relacionados, tanto con la sección religiosa, como con la benéfica de las hermandades ubetenses. Las juntas directivas de las cofradías ubetenses, venían quejándose desde hacía un tiempo, de la subida que había experimentado la cera y otros enseres procesionales. Por otro lado, también se lamentaban del incremento en los honorarios de los médicos y practicantes contratados por la rama benéfica, o de los elevados precios que debían abonar por los medicamentos que se administraban a los cofrades enfermos. Pero, sobre todo, se quejaban de la espectacular subida de las tasas que la Iglesia cobraba, bien por acompañar a la procesión, o entierros, o por predicar en las novenas, triduos y fiestas principales que las hermandades organizaban… La primera reunión se celebró el sábado 14 de marzo, en el Colegio de las Escuelas Pías, con la asistencia de casi todos los presidentes de las distintas hermandades, y algún que otro directivo que representó a su presidente. Allí estuvieron los señores: Don Juan Honrrubia por la cofradía de la Soledad, don Juan Martínez por el Paso (Jesús Nazareno), don Juan Lorite por la hermandad de la Caída, don Rafael Gallego Díaz en representación de la Expiración, don Juan Cuadra por la cofradía de las Angustias, don José Nieto por el Santo Sepulcro y finalmente don Juan Villar de Dios como presidente del Resucitado. En representación de la prensa local, que también estaba invitada, asistieron los señores don Vicente Moreno, don Juan Casas y don José Moreno Iriberry.

Tomó la palabra el promotor de la junta,  don Juan Honrrubia López, para agradecer la asistencia de todos los presentes a la reunión, exponiendo a continuación el objeto de la misma. Hicieron uso de la palabra muchos de los invitados, coincidiendo casi todos en la necesidad de darle el mayor realce posible a las próximas fiestas de la Semana Santa. Acto seguido se tomaron varios acuerdos, entre ellos, y para que la Junta Central fuese operativa, las hermandades debían nombrar un representante, que junto al presidente deberían tomar todos aquellos que más conviniesen a la totalidad de cofradías…1 No tuvo buenos inicios aquella Junta Central, pues mientras unos representantes se inclinaban por adoptar acciones comunes para todos, como era la compra a granel de muchos artículos o unos honorarios médicos, menos gravosos, otros se apostaban por una mayor difusión de nuestras procesiones, para lo cual instaban al Ayuntamiento, a que organizase unas fiestas durante los días de Semana Santa, con la finalidad de que se desplazaran a nuestra ciudad, para ver sus procesiones, y de este forma, fuesen alcanzando fama en la provincia…2

Parece ser, que una de sus primeras iniciativas, fue adquirir, a buen precio, un centenar de billetes del Ferrocarril Eléctrico de «La Loma», para posteriormente venderlos en las poblaciones vecinas, y de este modo impulsar las mencionadas fiestas. Pero “Su gozo en un pozo», pues la Semana Santa en la Loma además de fría, fue muy lluviosa, sobre todo en la tarde noche del Jueves y Viernes Santo, lo que no animó a que los forasteros, tomasen el tranvía para desplazarse a nuestra ciudad… También patrocinado por la Junta Central, se celebró, en el mes de mayo, una curiosa rifa que consistía en el ajuar completo de una dote de boda y cincuenta pesetas en metálico. El número afortunado fue el 4.692, siendo poseedor del agraciado premio la distinguida señorita doña Pilar Messía hija de los Marqueses de Bussianos… Desgraciadamente aquella Junta tuvo una efímera duración, aunque desconocemos cuando dejó de ser efectiva. Sí sabemos que anualmente, hasta finales de los años veinte, solían reunirse todos los presidentes unos días antes de iniciarse la Semana de Pasión, entre otras cosas, para elaborar el programa oficial de horarios de Semana Santa y, sobre todo, para crear una comisión que visitase al señor Alcalde, con la intención de recaudar una subvención que ayudase a sufragar, los cuantiosos gastos de los desfiles procesionales. Una vez más, hemos de lamentar que en aquellas reuniones no se levantase ningún tipo de acta. Por eso las escasas referencias que tenemos sobre la Junta Central vienen de la mano de la prensa local y las actas de las hermandades de Jesús Nazareno, Expiración o Resucitado…3 Al iniciarse la década de los años veinte, de nuevo se intentó crear una asociación parecida a la desaparecida Junta Central, con la novedad de que por primera vez se habla de dar a conocer nuestra Semana Santa por las distintas poblaciones de la provincia, aunque tampoco tuvo mucho éxito esta iniciativa…

Algunos años después, España sufriría una guerra civil, que afectaría directamente a las cofradías pasionistas y a sus imágenes. Tras la contienda civil, la principal preocupación del colectivo cofrade era la recuperación de su patrimonio procesional. Con esta inquietud o necesidad, se creó el día 19 de diciembre de 1941, la Junta Local Pro-Semana Santa, es curioso que también a esta asociación se le denominase Junta En esta ocasión fue el señor Alcalde,(que además era el presidente de la cofradía de Nuestra Señora de las Angustias), quien citó en el Ayuntamiento, a todos los presidentes de las cofradías de Semana Santa para constituir una asociación que debería trabajar en la recuperación del esplendor antiguo de nuestras hermandades, ocupándose asimismo de gestionar todos aquellos actos encaminados a recaudar fondos que ayudaran a recuperar el patrimonio escultórico de las distintas cofradías pasionales. Sabemos que esta entidad, estuvo desde un principio presidida por el señor Alcalde, don Bonifacio Ordóñez Quesada y que en funciones de secretario estuvo durante muchos años el cofrade de la hermandad de Nuestro Señor de la Columna, don Andrés Arias Bordés. Desgraciadamente no conocemos la composición del resto de la junta pues no se conserva ningún documento o referencia a la fundación de esta institución en las actas municipales que se redactaron con posterioridad. Conocemos la existencia de la recién creada Junta Local Pro-Semana Santa por las actas de varias cofradías, pues no hemos podido encontrar en el Ayuntamiento el acta constitucional de esta asociación. Hasta la fecha se había publicado que la Junta Local se había constituido en la primavera de 1942, algo que ya podemos adelantar es erróneo pues en el mes de enero de 1942 ya organizó esta asociación algunas actividades para recaudar fondos. Como curiosidad les comentaré que tanto la hermandad del Señor de la Columna en su acta redactada el 27 de diciembre, como la de Jesús Nazareno con fecha 20 del mismo mes, recogen la creación de esta asociación a la que Jesús Nazareno llamó «Hermandad de Cofradías»… Un año después, en 1942, esta asociación funcionaba a pleno rendimiento, colaborando en la edición del programa oficial de horarios de Semana Santa, que en aquellos años estaba sufragado por el Excmo. Ayuntamiento.4 Los miembros que componían la directiva de la Junta Local multiplicaban sus esfuerzos para preparar una infinidad de actos destinados a recuperar el patrimonio perdido por nuestras hermandades. Aquel primer programa de Semana Santa editado con posterioridad a la guerra civil, estaba realizado en los talleres de don Santiago Hernández, en la Imprenta de la Loma, y presentaba unas magníficas fotografías de los artistas locales Ventura y Talavera, con imágenes antiguas desaparecidas en la contienda civil.

La portada de aquellos horarios era idéntica a la que se editó en el programa oficial de 1930, aunque en esta ocasión, además de estar coloreada, presentaba un tamaño más reducido que el anterior. La tónica general de aquella edición fue la clara y continua alusión a la reciente guerra civil, incidiendo en los destrozos realizados por el ejército republicano en el patrimonio imaginero ubetense…
Desgraciadamente no se conserva ningún libro de actas de la Junta Local, pero si sabemos por las actas municipales que en colaboración con el Ayuntamiento se propuso realizar una rifa en combinación con la lotería de Navidad, a beneficio de todas las cofradías. En la sesión permanente del Ayuntamiento celebrada el 5 de agosto, se decidió la realización de esta rifa siendo el precio de cada boleto de cinco pesetas. Sin embargo, en la sesión celebrada el 26 de agosto se modificó la fecha del sorteo y en vez de realizarse en combinación con la lotería de Navidad se pospuso para el sorteo nacional del día 22 de enero de 1943. Curiosamente sería a partir de este año cuando algunas cofradías recuperarían la costumbre de hacer participaciones de lotería de Navidad, una fuente de ingresos que ha perdurado hasta nuestros días… Si seguimos leyendo las actas de las sesiones permanentes del Ayuntamiento, de nuevo volvemos a encontrarnos con diversos acuerdos que están directamente relacionados con los cultos dedicados a la Semana Santa, por ejemplo, se promovió por el Ayuntamiento la celebración de un Vía-crucis el día 27 de marzo, Viernes de Dolores, para que sirviera de cierre a los cultos cuaresmales organizados por la Junta Local. Se tenía previsto que el Vía-crucis saliese cada año desde una iglesia distinta, en esta ocasión se realizó desde la colegiata de Santa María, finalizando en el templo San Pablo. Con motivo de la realización del mencionado Vía-crucis, se editaron unos pasquines donde se les recordaba a los fieles que el horario de salida sería a las ocho de la tarde, además, hemos podido leer en los folletos el siguiente comentario: «… Asistirán todas las Cofradías, Asociaciones, Ramas de Acción Católica y fieles ubetenses en general, quienes tomaran parte en esta magna procesión penitencial, para desagraviar al Divino Mártir del Calvario por los pecados del mundo y lucrar las múltiples indulgencias por los Sumos Pontífices de la Iglesia a tan santo y piadoso Ejercicio». Al iniciarse la década de los años cincuenta, y una vez cumplido el objetivo de la recuperación del patrimonio procesional, las hermandades empezaron a demandar otros asuntos. Uno de los principales problemas era sin lugar a dudas la organización de la procesión general, pues el incremento de cofradías que participaban en la misma creaba diversos problemas, sobre todo de horario y organización en la plaza Vázquez de Molina. Por otro lado, había un sector importante de la población, sobre todo el comercial, veía con buenos ojos que nuestra Semana Santa tuviese mayor difusión y promoción a nivel nacional. De este modo en la primavera de 1954 nacía la Agrupación de Cofradías de Semana Santa, pero en este caso no se realizó de forma improvisada, todo lo contrario, desde hacía meses un grupo de entusiastas semanasanteros venían trabajando en la confección y redacción de unos estatutos que dieran sentido a la creación de esta nueva asociación… La fundación estuvo promovida por el alcalde de la ciudad, don Lorenzo Lechuga Vegara y respaldada por la totalidad de los presidentes de las cofradías pasionistas. La fecha clave fue el día 22 de marzo, siendo el Sr. Alcalde quien citó en su despacho a todos los hermanos mayores de las cofradías de Semana Santa ubetenses, a los que reunió junto a los párrocos y el Sr. Arcipreste, con la finalidad de mantener una reunión que sirviera de base a la posterior fundación de la mencionada Agrupación. La circular mandada a todos estos señores tenía el siguiente orden del día:
1º Manifestaciones del Sr. Alcalde sobre sus proyectos acerca de la Semana Santa de este año.
2º Fijar el horario de las distintas procesiones.
3º Procedencia o no de trasladar la procesión general al Sábado Santo.
4º Proposiciones y sugerencias de los Sres. Párrocos sobre puntos en general de Nuestra Semana Santa.
5º Conveniencia de construir la Agrupación de Cofradías.

En los distintos foros y medios de comunicación de nuestra ciudad, se venía insistiendo desde hacía un par de años en la necesidad de fundar una agrupación de todas las hermandades que recogiese unos fines específicos, como era la organización de la procesión general, la defensa del orden cronológico en los desfiles, la generación de recursos y la propaganda de nuestra magnífica Semana Santa. Sus estatutos, que fueron aprobados el día 19 de noviembre de ‘1955, por el Sr. Obispo don Félix Romero Mengíbar, recogían en sus páginas diversos fines, unos de carácter estrictamente religioso, otros económicos y también otros destinados a la propaganda de la Semana Santa ubetense. En los estatutos originales se consideraba a la Agrupación de Cofradías como una asociación auxiliar de Acción Católica, figurando como presidente nato el Rvdo. Sr. Arcipreste, la presidencia de honor le correspondía al Excmo. Alcalde, mientras que el presidente efectivo sería elegido entre los doce miembros que constituían la primera junta permanente. La designación del primer presidente se formalizó el 29 de diciembre de 1954, siendo elegido en aquella ocasión por cinco votos el representante de la cofradía de Nuestro Señor de la Oración en el Huerto, don José Pérez Ortega, con un mandato que llegaría hasta 1957…

1 Aunque en un principio solo se habla de que las hermandades elegirían una persona que las representase, hemos podido comprobar en las actas de algunas cofradías ubetenses, que fueron dos, los representantes en la Junta Central de Hermandades.
2 El semanario «El Eco de la Loma» en su edición publicada el día 3 de abril, comenta en una escueta nota, que parece ser que los pequeños obstáculos que se oponían para darle mayor esplendor a la Semana Santa se han vencido satisfactoriamente a juicio de los miembros de la Junta Central…
3 La Propuesta de formar la Junta Central de Todas la Hermandades de Semana Santa, fue a petición de la cofradía gremial de la Soledad, este dato lo deducimos del acta redactada el 15 de marzo de este año por la cofradía del Resucitado, en ella se eligen como vocales para representar a la hermandad en esta junta a los señores don Juan Villar de Dios y don Sebastián Montero.
4 El último programa de Semana Santa que se imprimiría con carácter oficial correspondía al publicado en 1930 bajo el patrocinio del Ayuntamiento. Durante los siguientes años, algunos periódicos de la época insertaron los horarios de nuestras cofradías en sus páginas, pero ya no se volvería a editar un programa oficial hasta 1942.